Hola niños, seguros que todos estaréis enterados de los resultados que se han ido dando este año en la fórmula 1, esa adulterada competición que mueve millones y que crea hilaridad entre el público, haciendo apología del despilfarre de dinero y blablabla..
A pesar de que no estoy de acuerdo en el excesivo gasto de dinero que supone que 20 personas se pongan a dar vueltas en un circuito, hace unos años que de algún modo sigo este «deporte», desde los últimos años de De la Rosa y Gené al comienzo de Alonso y sus posteriores campeonatos.
Bien es cierto que hay personajes dentro de este mundillo que provocan ciertas sensaciones a los espectadores. Normalmente siento simpatía por cualquier deportista, la competición de élite me parece un desgaste loable para el físico y la mentalidad de una persona y por tanto son dignos de admirar desde la distancia. Sin embargo, hay una figura que se me antoja desagradable dentro de la fórmula 1, Lewis Hamilton.
Sin dejarme llevar por lo fácil de leer la prensa sensacionalista española, he buscado opiniones en diarios y web de otros países para establecer más o menos un criterio en cuanto a los altercados de este año y el pasado con Fernando Alonso, y mi visión es que Fernando fue injustamente perjudicado.
Soy una persona que raramente perdona la injusticia, y en este caso se cometió un trato de favor bastante reprochable hacia el piloto británico, con tal de que fuera campeón el año pasado. Por circunstancias de su agresiva e inmadura personalidad se dejó llevar por su instinto, y perdió un campeonato que ya tenía ganado. Para quienes opinen que quizás sea algo patriótico, decirles que esas mismas rabietas que demostraba en la pista al ser adelantado o no ir en posiciones de cabeza, e intentar adelantar a lo kamikaze, me recuerdan a las que apuntaba Jorge Lorenzo en sus inicios.
Pero es ese trato de favor el que me molesta, tanto como en el fútbol. Los denominados equipos grandes se benefician de los árbitros continuamente, igual que el Real Madrid que ahora insinúa una mano negra en su contra utilizó descaradamente los arbitrajes para resolver partidos el año pasado, y el anterior. Pero eso es otro tema
El tema es que Lewis Hamilton cometió una injusticia con un gran piloto como es Fernando Alonso, y no solo con el, sino con el resto de pilotos de la escuderia, y la cantidad de personas que trabajan en dichas escuderias para hacer posible que los coches salgan a la pista.
Y ahora debe pagar por esa injusticia, y la forma más clara que se me ocurre es que no salga campeón de fórmula 1 este año.
Para ello, Felipe Massa debe quedar campeón y Lewis ocupar la sexta posición como mucho. También hay una mínima posibilidad si Massa queda segundo y Lewis no puntúa, pero esto parece bastante complicado, así que me remitiré a la primera opción.
Aquí viene el tema del título del artículo. Confiando en que Felipe Massa gane la carrera, y Lewis quede sexto, hacen falta por lógica cuatro coches de distancia entre ellos dos. Para saber quiénes ocuparán esta posición les he hecho un gráfico que refleja cómo veo la situación:
Memorias 