Pongo como título del post los millonarios, tanto por el distinto trato que se da en fútbol a los equipos según su cache, como por una noticia que llega desde Argentina, que comentaré más abajo.
Ayer volvió a ganar el Real Madrid, gracias a un primer tanto en posición de fuera de juego. La prensa sensacionalista no tardó en tildar de «dudosa» la posición, a tenor de que el gol subió al marcador. Es ya tan habitual que se beneficie al equipo grande, que los seguidores de equipos pequeños acabamos resignados (como yo) a que las ayudas arbitrales ocurrirán siempre hacia el mismo lado. Este fin de semana, en una jugada sin balón, un jugador del Athletic de Bilbao agrede a un jugador del Recreativo, que cae al suelo. El árbitro saca cartulina amarilla a ambos. Será cuanto menos gracioso leer el por qué de cada tarjeta en el acta. Igual escribió «fulanito por pegar al contrario», y a nuestro jugador «fulanito por poner la cara muy cerca»…
Ya cuando vino aquí el madrid recibimos otro gol en claro fuera de juego. Y en una riña entre uno de nuestros jugadores y un rival, se expulsó únicamente a nuestro defensa. ¿Por qué no tarjeta amarilla a ambos? A pesar de que la doble tarjeta roja hubiera sido lo más correcto. La cuestión es que no se mide con el mismo rasero según qué equipo. Todos estos pequeños obstáculos, amén de nuestra falta de concentración, nos cuestan los partidos, y quién sabe si la categoría este año, ya que no luchamos en igualdad de condiciones.
Nuestro presupuesto es de los más bajos de la categoría. Un equipo compuesto gracias a la gran labor de directivos y ojeadores, que buscan jugadores en último año de contrato o en calidad de cedidos para no pagar traspasos, debido a la poco boyante posición económica de que disponemos. No podemos construir la plantilla a golpe de talonario, así que cada incorporación es minuciosamente estudiada, y no se trae a nadie de un día para otro pagando 30 millones de euros. Creo que la máxima cantidad que se ha pagado son con diferencia los 4 millones por Sinama-Pongolle. Nadie habría pagado ni podría pagar aquí los 75 millones de euros que costó Zidane en su día (aunque si yo los tuviera pagaría gustoso cada céntimo por verle jugar con el decano).
En fin, que si estamos en desventaja en cuanto a la economía, si no disponemos de las mismas oportunidades en el mercado de fichajes, lo que nos coloca un paso por debajo de gran cantidad de clubes… Por favor, que no nos perjudiquen las decisiones arbitrales. Bastante tenemos con nuestros propios fallos que ya nos están condenando a la segunda división. No nos den por descendidos, si eso ocurre, que sea porque hemos luchado cada partido y el rival ha sido mejor, no por una triste e injusta decisión arbitral.
A continuación, una segunda parte del post que también tiene que ver con el título.
Hoy me levanto con una noticia de deportes que, aunque me he «acostumbrado» a verla, no deja de sorprenderme.
Seis heridos deja pelea de fanáticos de River Plate
Que conste que no pongo esta noticia para rivalizar con otros países ni mostrar lo mal que está supervisado el fútbol en ellos. Ni mucho menos. España da buena cuenta del fair play con este tipo de titulares:
Agresión brutal en el Sánchez Pizjuán
Aún no había desayunado cuando encendí la televisión. Casi todo el mundo sabe que de televisión veo o deporte o alguna serie que me guste (últimamente muy pocas) y en este caso puse el canal de deportes para ver los goles de la jornada (y la pifia de nuestro portero este fin de semana, de paso). Una vez concluido el repaso a la jornada, nos comentan la noticia de la pelea masiva de los hinchas de River contra los de Vélez Sarsfield. No tardan en mostrarnos imágenes de las personas de la grada hinchándose a golpes los unos a los otros. De toda esa amalgama de puñetazos y patadas, dos imágenes para abrir boca…
En primer lugar, nos situamos en el graderío, compuesto por una escalera de asientos de hormigón. En él yace tendido bocaarriba un joven con la cara ensangrentada y el rostro desencajado. Hace un gesto para darse la vuelta, girando hacia el final del asiento. Pierde la capacidad de reacción y cae dándose un batacazo de boca, probablemente no esté consciente del todo. De la inercia baja un escalón más para caer de espaldas y quedar inmóvil. Una única persona que presencia el final de la escena se acerca a ayudarle.
La segunda imagen ya fuera del estadio, es la de un hombre entrado en años, seguidor de los millonarios (de River Plate para los que no manejan estos gentilicios) que está siendo entrevistado, a pesar de tener una brecha considerable tras la oreja y la camiseta de su equipo manchada de sangre cual carnicero. Comenta que un policía le asestó un porrazo (con la porra en este caso) sin previo aviso. No dudo que pueda haber existido provocación por parte del hincha, o de algún amigo, pero el contexto de la entrevista me parece de lo más equivocado.
Todo esto en un horario salpicado de dibujos animados, mal llamado horario infantil. ¿Es posible que niños (y no tan niños) puedan ver tanta violencia gratuita a solo un click de distancia? ¿Esas son las imágenes con las que nos informan?
No hay reparo en ver cómo a un pobre hombre le abren la cabeza 10 personas con correas y a patadas, ni siquiera respetan la para mí escrupulosa hora de comer. El otro día almorcé viendo como a un seguidor del Atlético de Madrid le linchaban literalmente entre un grupo de sevillistas, paliza grabada con móvil en mano, y de la que se hacían eco los principales noticiarios.
Mi pregunta es si existirá algún tipo de filtro en esas cadenas, o la cuestión es mantener la audiencia a costa del contenido, sin llegar a escandalizar al personal (eso obviamente incluiría la palabra sexo, a la que aún no nos han acostumbrado de la misma manera). Está bien informar, y es la realidad, pero hay maneras de dar las noticias y en este caso, creo que buscan una reacción del espectador, quizás el morbo que estas imágenes despiertan es lo que les lleva a mostrarlas.
Así que voy a recurrir a la buena voluntad de la televisión pública y privada, y a pedirle por favor algún tipo de sensibilidad a la hora de regular su contenido.
Y en caso de que quieran mostrar imágenes violentas, al menos que sean tan divertidas como la siguiente. La señora tiene muchísima suerte de no haberse fracturado las cervicales en tan lamentable accidente, además de merecer un oscar de la academia. No les adelanto más, veanlo ustedes mihmos.